La Fuente de San Francisco es uno de los lugares más queridos del pueblo. Hay quien dice que brotó al paso de San Francisco de Asís en su peregrinaje a Santiago, y que no sólo tenía propiedades curativas sino que además el mismo santo dejó en ella su concha de peregrino para que los demás caminantes pudieran utilizarla para beber. Leer más
Sea como fuere, el lugar fue utilizado durante siglos como fuente de agua potable y como lavadero por la gente del pueblo. Con la llegada del agua corriente a los hogares hace aproximadamente medio siglo, el lavadero perdió su función y fue deteriorándose por la falta de uso. El esfuerzo unido de los habitantes del pueblo, que como tantas otras veces trabajaron personalmente en la reconstrucción, hizo que el lugar recobrara nueva vida y volviera a convertirse en punto de reunión para la gente del pueblo y lugar de descanso para el peregrino.
Al agua fresca de su fuente se suman el hermoso lavadero reformado recientemente imitando al que estaba antiguamente, una pequeña acequia cruzada por un puente, frondosos árboles bajo cuya sombra cobijarse, dos grandes mesas de madera y tres fogones. En suma, uno de los lugares más bonitos y agradables del pueblo.